martes, 15 de noviembre de 2011

Capítulo 4: Y, la verdad, me olvidé.

-¿Qué haces aquí?
-Me he mudado.
-Eso ya lo veo, pero ¿cuándo?

¡STOP! Supongo que que sabréis quién es Louis Tomlinson fuera de la novela, ¿no? Si, el de One Direction. Summer lo conoció en un viaje a Inglaterra, era el hijo de la familia en la que se quedaba. Y, bueno, tuvieron un pequeño "amor" de verano, más o menos de un mes. Estuvieron juntos durante ese mes, cuando se conocieron, se atrayeron y se liaron y después estuvieron liados. En la despedida hubo lágrimas y "algún día estaremos juntos otra vez".

-Hace un año casi.
-¿Cómo no me lo has dicho? -pregunté algo
-No sabía como, no tenía tu teléfono ni nada. Y, bueno, la verdad es que me olvidé.
-Pero, ¿por qué te mudaste?
-Me gustaría poder hablar, pero estoy trabajando. Sólo he venido a traer las pizzas.
-¿Trabajas allí?
-Si, está bastante claro. -sonrió.
-Tendré que pedir pizza más a menudo.
-Supongo. -volvió a sonreír.
-¿Cuánto es la pizza? -dije sacando el dinero.
-Nada. -apartó el dinero- A esta invito yo.
-Louis- le miré mal.
-Ya invitarás tú a otra. -sonrió otra vez.
-¿Es una cita? -pregunté.
-Es una promesa.

Cogí las pizzas, le di dos besos y cerré la puerta. Fui a la cocina, abrí la caja y vi la deliciosa pizza que me había traido Louis y por alguna razón pensé en él. Me hizo recordar el tiempo que pasé con él en Londres, cuando nos subimos al London Eye o cuando intentamos hacer reír al guardia del Buckingham Palace. No puve evitar sonreír. Acabé de cortar la pizza justo cuando Derek entraba por la puerta.

-¿Por qué tardas tanto?
-No encontraba ningún cuchillo. -excusé- Coge platos.

Derek, como siempre hizo lo que yo quería sin protestar. Comimos viendo Phineas&Ferb. Y cuando acabamos decidí ir al trastero a ordenarlo un poco. Era una habitación enorme, llena de cosas viejas, la mayoría de mi madre, quería ordenarlo todo, redecorarlo y poner todo limpio. Llevaba mucha parte hecha pero era mucho más fácil hacerlo con la ayuda de Ryan. Después de dos horas y media, Derek me llamó y me dijo que habían llamado a la puerta.

-YA VOY- grité.

Bajé rápidamente y abrí la puerta.

-¿Ryan? -estaba sorprendida- ¿Qué, qué haces aquí?
-Quiero hablar contigo. ¿Puedo pasar?
-Depende. -dije.
-¿De qué?
-Si me vas a decir algo malo, entonces te quedas fuera.
¿Si es bueno, puedo pasar?

Asentí con la cabeza y él entró en casa. Yo sonreí como una tonta esperando a que empezaraá a hablar.

-Quiero una explicación.
-Pensé que Justin eras tú.
-¿Ya está? No  me vale.
-Ryan, de verdad, llevamos 1 año y dos meses juntos y NUNCA te he puesto los cuernos -marqué con énfasis en el NUNCA.
-Siempre hay una primera vez.
-No es eta.
-Para mi si.
-Ryan, ¿has venido a eso?
-No -suspiró

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